El árbol de la vida: El mecanismo divino

Kabbalah: Arbol de la Vida

El Árbol de la Vida y Tú: La Magia del Cosmos en Tu Día a Día

Imagina por un momento que estás en tu lugar favorito del mundo, con un café o té en mano, y alguien te entrega un libro. Al abrirlo, la primera frase te captura: «Según el renombrado cabalista Michael Laitman, el árbol de la vida es Dios que desciende del cielo«. Una invitación a un viaje místico, a entender nuestra conexión con el universo.

Las Sefirot: Nuestros Guías Celestiales

A medida que avanzas en la lectura, descubres las Sefirot, diez esferas luminosas que son como los pisos de un grandioso rascacielos divino. Desde la azotea, Keter, donde nace el primer pensamiento o intención, hasta Malkhut, en la planta baja, donde ese pensamiento se materializa en nuestra realidad.

Es como cuando tienes una idea brillante para un proyecto. Primero lo visualizas (Keter), planificas los detalles (Chokhmah), lo comprendes (Binah) y, paso a paso, lo llevas a la realidad hasta que finalmente se concreta y lo puedes tocar (Malkhut).

Tú y el Cosmos: Un Baile Sinfónico

Este concepto de Kabbalah no es solo una enseñanza mística. Es una forma de entender que todo en nuestra vida tiene un proceso, un propósito. Es ver cómo nuestras acciones diarias, por pequeñas que sean, son parte de una danza más grande con el cosmos. Cada decisión, cada sueño y cada desafío tienen su lugar en el Árbol de la Vida.

Conclusión

La Kabbalah y el Árbol de la Vida no son solo para eruditos o místicos. Son una brújula para todos nosotros, una forma de entender que somos parte de algo más grande, que estamos conectados con el universo de maneras que quizás no comprendamos del todo, pero que sin duda sentimos en nuestro corazón.

Te invito a que observes tu vida a través del lente del Árbol de la Vida, a que veas cómo cada pequeño momento es un reflejo de esa energía divina que nos rodea y nos guía.

Gracias por compartir este momento y por permitirme ser parte de tu viaje.

Con cariño y gratitud,

Susana.

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